Ahora si, Vicente Fernández alista su adiós

*‘El Charro de Huentitán’, que celebrará 75 años de vida y 50 de trayectoria, prepara su concierto de despedida para mediados de año

León. Ahora si, todo indica que Vicente Fernández dirá adiós definitivamente a su público este año, pero lo hará en grande con un concierto masivo en el Zócalo de la Ciudad de México.

Como lo hizo en 2009 al reunir a 220 mil asistentes, El Charro de Huentitán, Jalisco, espera rebasar esa cifra en su última presentación en vivo que se realizará a mediados de 2015 y no como lo había planeado, para el Día del Amor y la Amistad: “Quiero pedir una disculpa pública a todas las personas a quienes les prometí estar en el Zócalo. El 14 de febrero no se pudo porque hay más actividades en ese espacio. Así que será dentro de tres o cuatro meses más, pero de que canto en el Zócalo, ¡canto!» según comunicado de prensa

Podría hacerlo en el Estadio Azteca, pero quiero el Zócalo, donde la vez pasada hubo 230 mil personas (sic). En mi despedida pienso que habrá muchas más. Quiero que vaya toda la gente posible”, expresó Fernández, enfundado en un traje de charro color naranja, listo para salir al ruedo del palenque de la Feria de León 2015.

La inseguridad y las próximas elecciones fueron otro factor para aplazar su última fecha, pero espera que el día oportuno la gente se respete y le permita despedirse. “Lo grabaremos, no para hacer negocio, sino para que la gente lo pueda ver fuera de México, es un documento.”

Es así como dejará los escenarios, a sus 75 años próximos a cumplir el 17 de febrero, y tras más de cinco décadas de trayectoria artística que incluyen música, composiciones, cine y temas para la televisión.

Minutos antes del primero de dos palenques que ofreció en la Feria de León 2015, el 30 y 31 de enero —para seis mil 928 personas cada uno con localidades agotadas—, el cantante de música ranchera permitió el acceso a los representantes de los medios de comunicación hasta la entrada de su camerino.

Tal acto destacó su sencillez, humildad, paciencia y calidez que aprendió a lo largo de los años y que mantiene a pesar de su fama a nivel internacional.

    Tengo más de 40 años de venir a León. En todos los palenques he llorado, pero de felicidad, porque creo que cumplí con un ciclo en el que nunca le he fallado al público. Salgo a entregarme, como lo hago siempre, y mis conciertos no son iguales aunque sean las mismas canciones. Canto lo que el
    público me pide”.

Efectivamente. Sus presentaciones en palenques, auditorios o espacios al aire libre duran lo que el público le pide, bajo la consigna que ha pregonado a lo largo de su carrera: “Y como siempre les digo: mientras no paren de aplaudir, yo no dejo de cantar”.

Tal frase nació en León, Guanajuato, según reveló, y fue de este lugar de donde se despidió con tres horas y hasta 42 canciones por función, en su antepenúltimo y penúltimo palenque.

El ídolo del pueblo, quien anunció su retiro en 2012 debido a su lucha contra el cáncer de hígado y una trombosis pulmonar, así como por una decisión personal, reveló que su salud
está estable.

Recordó que cuando lo hospitalizaron en Houston, Estados Unidos, la sugerencia de los médicos fue un transplante de hígado. Con tal opción estuvo en total desacuerdo, pues su deseo es morir con el cuerpo con el que nació. Así que dejó el hospital para buscar otras opciones en Chicago. Ahí fue operado durante 12 horas y tras el efecto de la anestesia cantó “yo vendo unos ojos negros, ¿quién me los quiere comprar?” sin darse cuenta. Estuvo tres días en terapia intensiva, siempre apoyado por su familia.

    Fueron dos años de sufrimiento, pero aquí estamos. No estoy al cien, porque me duele la rabadilla, así que tomo el medicamento. Me duele mucho y aunque son tres horas las que caminaré en el palenque, disimulo. Acerca de mi voz, estoy bien. Quería eso: despedirme con la voz con la que me conoció el público”, señaló.

Su retiro de los escenarios no implica su adiós a la música, pues cada año ha lanzado un álbum y, después de Mano a mano: Tangos a la manera de Vicente Fernández (2014),
hay un disco en puerta.

“Sacaré un material de ranchero, lo tengo programado con canciones inéditas. Tengo el estudio en la casa y me divierto. Aún tengo más de 170 canciones sin salir.

“Memorias no escribo. Memoria es lo que me falla (risas). No me gusta ventilar mi vida privada, porque no soy un santo, pero tampoco tengo mucho que decir. ¿Un musical con mis canciones? Puede ser, pero eso tendría que verlo la disquera también.

    Mientras tanto, tengo todo en regla para cuando se muera uno. Yo no tengo nada, todo es de mis hijos”, acotó.

LA CORONA, SUYA

Fernández subrayó que “su corona” en el ámbito de la música ranchera no tiene herederos, ni siquiera sus hijos Alejandro y Vicente Jr.

    Me preguntaron alguna vez a quién le dejaría la corona, y mencionaron a Alejandro. Respondí que no. Alejandro que se gane la suya. Yo me gané la mía sin padrinos”, afirmó.

Sin embargo, sus hijos heredaron la pasión por la música de su padre e incluso sus nietos, entre ellos Camila, hija
de Alejandro.

    Ella canta muy bonito, pero pop, no entiende nada de ranchero”, afirmó el cantante, quien se levanta a las 8:00 horas para recorrer su rancho, atender a sus caballos y vacas, y compartir la vida con su esposa María del Refugio Cuquita Abarca Villaseñor.

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SU ÚLTIMO PALENQUE

Vicente Fernández salió al ruedo del palenque de la Feria de León 2015 en medio de una ovación de casi siete mil personas que lo esperaron.

Con los brazos abiertos, El charro de Huentitán recibió las muestras de cariño de sus seguidores, quienes abarrotaron la sede y en todo momento le ofrecieron sus aplausos, corearon sus interpretaciones y lo aclamaron: “¡Chente, Chente, Chente!”.

El cantante cerró los ojos por algunos segundos. Al abrirlos, miró a su alrededor y su rostro denotó satisfacción al escuchar tales señales de afecto.

Habló poco, pero cantó con energía y sin detenerse, una tras otra canción. La velada inició a las 23:30 horas con Esos Altos de Jalisco, tras la que saludó a su gente.

“¡Mi León, Guanajuato! Tu nombre fue muy grande y gran tristeza me embarga de venir a darles las gracias, por última vez, por tantos años que me hicieron el honor de darme su cariño y sobre todo de regalarme estos aplausos que se han quedado aquí (se toca el corazón) día tras día que voy con ustedes.

    Gracias también por todas las oraciones en estos dos años para que saliera adelante. Primero me dio cáncer en el hígado, una trombosis pulmonar y después una méndiga rodilla, pero aquí me tienen ya, muy contento de verlos y con muchas ganas de que ustedes salgan contentos en esta noche que es la penúltima de mi carrera en el palenque de mi León, Guanajuato”, expresó antes de cantar Ojalá que te vaya bonito.

Apoyado por monitores que proyectaron las letras de cada uno de los temas, Fernández interpretó Me voy a quitar de en medio, Lástima que seas ajena, Si acaso vuelve, Cien años, La diferencia, Entre el amor y yo y El último beso.Cada tema fue precedido por un “viene muchachos” que daba pie al Mariachi Azteca y a sus músicos.

Su voz sonó con fuerza, afinada y entre falsetes con micrófono al pecho, con el estilo impecable que lo caracteriza.

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